45 años de gracia

Hace 45 años nací por primera vez. A los 26 años nací de nuevo, del Espíritu. Para ese nuevo nacimiento pasaron más de 10 años, ya que el señor había estado obrando y hablando a mi corazón, ayudándome a ser consciente de Su existencia, de la realidad de mi pecado y de la necesidad de recibir la salvación. A los 16 años, asistí por primera vez a la iglesia por voluntad propia, es decir, sin la necesidad de que mi madre me llevara.

Durante 10 años pertenecí a una iglesia carismática. No escuché hablar de doctrina, de teología o de los bautistas.

Triste, ¿verdad? Pero así fueron mis primeros años caminando en la fe. Sin embargo, por Su misericordia, un día, lejos de mi familia y de todo lo que conocía, en el Viejo Continente, Dios me hizo nueva criatura. Allí entendí el evangelio y Dios hizo un trasplante de corazón que me llevaría a experimentar el nuevo nacimiento.

Pensando en todo lo que Dios ha hecho por mí y en cómo me ha guardado y guiado, no quería dejar pasar esta oportunidad para compartir contigo algunas verdades que me ha enseñado durante este tiempo.

Durante estos 45 años Dios me ha preparado, moldeado, refinado y transformado mediante la obra del Espíritu Santo. Algunas veces he sido más consciente de esos momentos que otros, pero sé que, como Dios es soberano y que nada sucede sin que Él lo sepa, cada uno de mis días sobre esta tierra Él ha estado obrando para tenerme en el lugar en donde me encuentro en este momento y hacer de mí, cada día, la persona que Él quiere que yo sea.

Durante estos 45 años Dios:

1. Ha sido fiel
2. Me ha guardado
3. Ha provisto para mis necesidades físicas, emocionales, espirituales.
4. Me ha dado una familia de sangre que me ama y ha estado a mi lado siempre. Empezando por el ejemplo de una madre que ha sido una mujer esforzada, valiente y sacrificada por sus hijas.
5. Me ha dado un esposo maravilloso, mi mejor amigo y el hombre que me ha ayudado a crecer en mi fe. Una persona que me desafía, me anima, me exhorta, me motiva a crecer en santidad, paciencia, amor, dominio propio…Soy bendecida por tenerlo en mi vida y por viajar juntos hacia la eternidad.
6. Me ha regalado una hija maravillosa que me ha enseñado acerca del amor sacrificial y de la importancia de vivir lo que predico y que por medio de su vida me ha ayudado a comprender el profundo y amplio amor de Dios.
7. Me ha regalado una familia en la fe que me ha alentado, animado y exhortado a vivir cada día para la gloria de Dios.
8.  Ha usado mis errores y los ha convertido en momentos únicos donde me ha enseñado a depender de Él, a buscarle con un corazón sincero, a arrepentirme, a pedir perdón. Todos estos han sido sin duda oportunidades para que mi corazón dejara de perseguir ídolos y encontrara al Dios verdadero.
9.  Me ha ayudado a buscarlo y anhelarlo cada día más.
10. Me ha mostrado la importancia de vivir por fe y de someterme y rendirme a Su voluntad soberana sobre mi vida.

Dios ha sido bueno y cada día va cumpliendo con paciencia y amor Su propósito en mi vida.

Sé que tal vez he vivido más de la mitad de mi vida, así que mi oración es que cada día pueda vivir más consciente de Su presencia, de lo que verdaderamente importa, de la eternidad, esa que disfrutaré un día en la presencia de mi Señor y Salvador Jesús.

Mi oración esta mañana es la de Moisés en el Salmo 90:12, que Dios me enseñe a contar de tal modo mis días, que traiga a mi corazón sabiduría.

Quiera mi vida ser un testimonio de la gracia que alcanza al alma pecadora y la transforma para la gloria del ÚNICO digno y merecedor de ella, el Dios verdadero, el Creador y sustentador de todas las cosas, que envió a Su Único Hijo Jesucristo a esta tierra para salvarme a mí y a millones de personas más.

Es mi oración que puedas al igual que yo, ver la bondad de Dios cada día en tu vida.

Dios te bendiga

Mónica