Propósito de Biblia y eternidad

IMG_2627

Porque de Él por Él y para Él son todas las cosas (Ro 11:36)

No siempre la eternidad parece tan cercana, sin embargo, cuando lo piensas, todos los días basta con leer los periódicos, ver los noticieros, o acercarnos a algún hospital para ver de primera mano que la muerte es una realidad que no hace acepción de personas y que en cualquier momento pasaremos a la dimensión eterna de nuestra existencia.

En los últimos meses he sabido que varios conocidos y amigos se encuentran enfermos. Algunos han manifestado una fe y una confianza en Dios en medio de sus pruebas y sufrimiento, porque con ojos de fe confían en Dios para que los lleve hasta Su presencia. Estas personas oran para que sus últimos días en esta tierra sirvan como un testimonio de la gracia y de la paz de Dios sobre sus vidas.

Ellos simplemente saben en dónde pasaran la eternidad. Tienen certeza. Tienen seguridad. Saben a dónde se dirigen. Reconocen que la vida no termina cuando el cuerpo es sepultado y que hay una vida eterna que les espera. Ellos han creído en el sacrificio de Jesucristo a su favor y han recibido la promesa de una vida eterna a Su lado (Juan 3:16).

Por otra parte, he escuchado de algunas personas enfermas que no saben qué esperar, ni a quién pedir ayuda para aliviar un poco el sufrimiento que experimentan en sus vidas. La angustia, la culpabilidad, la depresión, el desasosiego y la desesperanza los acompañan, ya que no tienen la certeza de saber qué pasara después de que sus ojos se cierren con el último suspiro.

Quiero contarte algo: todo hombre, sea creyente en el Dios de la Biblia o no, tiene el deseo de vivir para siempre. La muerte nos aterra, nos impresiona, nos hace llorar y doler el corazón. Sin embargo, la Biblia en Eclesiastés 3:11 dice que Dios ha puesto eternidad en el corazón del hombre. Ese es el motivo por el cual la eternidad importa. La eternidad está arraigada a nuestro ser.

Cuando Dios creo al hombre le dio un corazón con un sentido de eternidad, y aunque no podemos controlar, ni añadir un día a nuestra vida, ni mucho menos saber cómo será nuestro final, sí podemos saber en dónde pasaremos la eternidad cuando leemos lo que el Creador de nuestras vidas, el dueño del tiempo y el Rey del Universo tiene que decir al respecto en Su Palabra.

El rey David en uno de los salmos escribió «hazme saber, Jehová, mi fin, y cuánta sea la medida de mis días; sepa yo cuán frágil soy.  He aquí, diste a mis días término corto, y mi edad es como nada delante de ti; ciertamente es completa vanidad todo hombre que vive.  Ciertamente como una sombra es el hombre; ciertamente en vano se afana; amontona riquezas, y no sabe quién las recoger»(Sal 39:3-6).

Querido lector, nacemos y morimos. Todos estamos en un viaje con un destino eterno, lo creamos o no. La pregunta es, ¿conocemos el camino para llegar al destino eterno del que nos gustaría disfrutar?

Somos polvo y al polvo volveremos (Gen 3:19). Nuestro cuerpo físico se descompone. Sin embargo, el espíritu vive para siempre.

Así que te invito a que me acompañes a descubrir cómo vivir tu vida a la luz de la eternidad y a prepararte para ella.

Todos los temas serán tratados a la luz de la Palabra de Dios en este espacio, porque solo en Su Palabra podemos tener la cosmovisión bíblica que nos dará luz para poder prepararnos y vivir una vida centrada en las cosas de arriba y no en las de esta tierra (Col 3:2), una vida que nos lleve a un destino glorioso en la presencia de nuestro Creador.

Al tener una perspectiva eterna de la vida, nuestra mente será transformada por la Palabra de Dios, y así:

  • Tomaremos decisiones con la eternidad en mente
  • Trataremos a los demás como Dios nos exhorta en Su Palabra
  • Amaremos a nuestros esposos como Cristo nos ama
  • Educaremos a nuestros hijos en el amor y la amonestación del Señor
  • Amaremos y honraremos a nuestros padres
  • Haremos un mejor uso de los recursos que Dios nos da
  • Seremos generosos con nuestro tiempo y dinero
  • Trabajaremos como para el Señor y no para los hombres
  • Controlaremos nuestras palabras
  • Perdonaremos y pediremos perdón con mayor frecuencia
  • Reconoceremos nuestros errores
  • Serviremos sabiendo que todo lo que hacemos es un servicio que honra a Dios
  • Pensaremos en el legado espiritual que dejaremos a las futuras generaciones (Sal 145:4)
  • Viviremos pensando en la gloria de Dios
  • Nuestra vida de oración estará enfocada en Dios
  • Nuestra identidad y esperanza estará en Cristo, no en nuestros logros
  • Demostraremos gratitud
  • Valoraremos la vida a la luz de la eternidad
  • Entenderemos que el sufrimiento tiene fin
  • Seremos transformados en nuestra semejanza a Cristo
  • Reconoceremos los atributos de Dios y nuestra necesidad de Él
  • Recordaremos que el sepulcro no es el fin y que la muerte no tiene poder sobre nosotros
  • Nos gozaremos sabiendo que nada nos puede separar del amor de Dios
  • Compartiremos el Evangelio porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree
  • Recordaremos el infierno eterno del que Cristo nos ha librado
  • Viviremos para darle gloria a Dios

Espero seas bendecido y edificado con los recursos compartidos en esta página. Por favor compártela con tus amigos y conocidos. Todos estamos en un viaje con destino eterno y necesitamos prepararnos para el camino.

Si hay algún recurso que consideras puede ser un aporte valioso para otros y quieres que lo comparta aquí puedes enviarme un e-mail a: monicacarvajalconsejeria@gmail.com

Gracias y bendiciones

Mónica Carvajal