Hay esperanza porque Dios es fiel
«Mantengamos firme la profesión de nuestra esperanza sin vacilar, porque fiel es Aquel que prometió» (He 10:23).
Esaú y Jacob fueron bendecidos por Dios. La gracia común de Dios que hace llover sobre justos e injustos se hace evidente cuando vemos la vida de Esaú. Aunque él no era el escogido para cumplir la promesa de Dios a Abraham, Esaú fue prosperó y también tuvo descendencia (Gn 36:6-43).
Dios había bendecido de una manera especial a Jacob. Su propio padre, Isaac, había declarado acerca de él «Dios te dé, pues, del rocío del cielo, y de la riqueza de la tierra,
Y abundancia de grano y de vino nuevo.Sírvante pueblos, y póstrense ante ti naciones;
Sé señor de tus hermanos, e inclínense ante ti los hijos de tu madre. Malditos los que te maldigan, y benditos los que te bendigan» (Gn 27:28-29).
Jacob podía descansar en la fidelidad de Dios, sabía que Él cumpliría lo que había prometido, tenía la certeza de que Dios no fallaría en cumplir Su Palabra. Había recibido una prosperidad espiritual, material, y también en cuanto a Su descendencia. Dios cumpliría cada palabra que Isaac había pronunciado a su favor, porque era la misma bendición de Dios para su vida, por lo tanto, Jacob podía tener esperanza y gozarse por su cumplimiento futuro.
Nosotras, como hijas de Dios, tenemos una promesa de una vida eterna, de una resurrección, de un encuentro cara a cara con nuestro Salvador. Podemos gozarnos sabiendo que Él cumplirá todo lo que ha prometido para nosotros. Podemos descansar en Sus promesas y en Su fidelidad. No importan las circunstancias que estemos viviendo, los momentos de duda o de espera son importantes para fortalecer nuestra fe.
La fe, la certeza de lo que esperamos y la convicción de lo que no vemos, nos permite aferrarnos con confianza a las promesas de la Palabra de Dios, TODO lo que Cristo ha dicho de nosotras se cumplirá. Su propósito eterno se llevará a cabo, nada ni nadie lo puede estorbar.
Recordemos cada día que Dios es fiel, Él no puede negarse a sí mismo, Él cumplirá Su Palabra por amor a Su propio nombre. Descansemos en esa realidad y gocémonos sabiendo que nuestras vidas están en Sus manos y que Él cumplirá lo que prometió.
Padre, gracias por la esperanza y la confianza que tenemos en Ti. Nos bendice saber que nuestras vidas están en tus manos y que Tus planes y propósitos eternos se cumplirán en su momento y a Tu tiempo. Gracias porque eres fiel y cumples siempre lo que prometes. Qué bendición es saber que nuestra esperanza está en Ti y que Tú nunca fallas. En el nombre de Jesús. Amén.
Sirviendo para Su gloria
Mónica Carvajal