Un Rey que da Su vida por Sus enemigos
«Jesús le respondió: “Mi reino no es de este mundo. Si Mi reino fuera de este mundo, entonces Mis servidores pelearían para que Yo no fuera entregado a los judíos. Pero ahora Mi reino no es de aquí”» (Jn 18:36).
Ya casi finalizando su testimonio de los últimos acontecimientos en la vida de Jesús, el apóstol Juan nos comparte el momento en el que Jesús es traicionado por Judas; detenido por los romanos, debido a las falsas acusaciones de los líderes judíos que se rehusaban a creer en Él y en Su mensaje; y negado por uno de Sus más cercanos discípulos, Pedro.
Los líderes religiosos que llevaron a Jesús ante Pilato no quisieron ni siquiera entrar en el Pretorio para no contaminarse y así poder comer la Pascua. Tenían frente a ellos al Cordero pascual más puro y limpio, el verdadero, aquel que podía cargar con los pecados de toda la humanidad.
Estos hombres estaban rechazando al Rey de Reyes, Aquel que tiene autoridad sobre toda cosa creada, visible e invisible. Un Rey cuyo Reino no se compara con ninguno otro y cuyo propósito al venir a este mundo fue dar libertad y otorgar perdón y misericordia a Sus enemigos para hacerlos Hijos de Dios.
Si todavía no has creído en el Rey eterno que tiene el poder de darte vida eterna, es mi oración que en esta Semana Santa puedas ver tu condición de pecador, arrepentirte de tu pecado y clamar por Su misericordia y perdón.
Sirviendo para Su gloria
Mónica Carvajal