Abre el regalo
Durante las Navidades recibí un regalo. La caja estaba un poco fea por los bordes y la persona que me lo dio no era la más cercana. Pensé que su regalo fue más por compromiso que por un deseo real de su corazón.
Juzgué el regalo por la condición en la que lo recibí, así que, para mi vergüenza, juzgué la intención del corazón de la persona. Me puse en el lugar de Dios.
Tengo que confesar que hace poco lo abrí y lo empecé a usar. La verdad es que es un regalo que a toda mujer le puede gustar. Huele rico, es práctico y útil, especialmente si te vas de viaje y quieres algo pequeño en la cartera.
¿Por qué lo abrí? Porque descubrí que la marca es buena y la calidad del producto y sus beneficios también.
Esta experiencia me hizo pensar en la salvación. A primera vista la cruz de Cristo no es algo que un pecador valore. Es el símbolo de la muerte por el pecado que necesita ser derrotado en nuestras vidas.
Es el regalo en forma de sacrificio que necesita ser aceptado para poder disfrutar de una nueva vida.
El empaque, una cruz manchada con la sangre del Hijo de Dios, puede que no sea el más llamativo de todos, sin embargo, te aseguro, es el más valioso, perfecto y maravilloso regalo que podemos recibir de este lado de la eternidad.
Y lo mejor, cuando entremos por las puertas del cielo que se abren para todos aquellos que hemos valorado la salvación, esa eternidad gloriosa que nos espera, revelará la gloria total de nuestro Salvador y Dios.
Empieza a disfrutar de las maravillas de la salvación, y si aún no eres salva, hoy puede ser el día de salvación. Abre el regalo que Cristo compró en la cruz y deja que la fe en Él te conceda el privilegio de ser una hija de Dios.
Sirviendo para Su gloria
Mónica Carvajal
PD: Este escrito apareció originalmente en la página de Facebook e Instagram del ministerio Ella Florece.