Bendice a otros con tu oración
En las últimas semanas he sido bendecida por la oración de otras hermanas en la fe. En momentos cuando sentía que no podía más, cuando las circunstancias a mi alrededor no eran las más fáciles, cuando estábamos pasando alguna situación difícil como familia o cuando necesitábamos tomar alguna decisión relacionada con mi hija.
Así que hoy quiero invitarte a ver la oración y la intercesión como una oportunidad para bendecir a otros y ser bendecida por otros. Deja la timidez a un lado y pide que oren por ti. Deja la timidez a un lado y pregunta ¿cómo puedo orar por ti?
Oremos por nuestros enemigos: en el Sermón del Monte, el Señor Jesús nos exhorta a orar por nuestros enemigos (Mt 5:44).
Oremos por nuestros hermanos en la fe: El apóstol Pablo animó a los efesios «“…con toda oración y súplica orenen todo tiempo en el Espíritu, y así, velencon toda perseverancia y súplica por todos los santos. Oren también por mí”» (Ef 6:18).
Oremos por los enfermos: Pidamos que oren por nosotros en medio de la enfermedad. «Oren unos por otros para que sean sanados. La oración eficaz del justo puede lograr mucho» (Stg 5:14-16). No tenemos la garantía de una sanidad física, pero ciertamente el Señor puede animar y levantar el ánimo (y el cuerpo, si es Su voluntad) de nuestros hermanos.
Oremos por las autoridades: Pablo nos exhorta a orar con «plegarias, oraciones, peticiones y acciones de gracias por todos los hombres, por los reyes y por todos los que están en autoridad, para que podamos vivir una vida tranquila y sosegada con toda piedad y dignidad» (1 Ti 2:1-2).
Oremos constantemente, diligentemente, con fe y con la certeza de saber que Dios nos escucha, no por nuestros propios méritos, sino por la obra perfecta de Cristo. «Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna» (He 4:16).
Sirviendo para Su gloria
Mónica Carvajal
Pd: Este escrito fue publicado originalmente en la página de Facebook del ministerio Ella Habla Verdad.