Dios lo ve todo, podemos descansar en Su justicia
Salmos 10:1 «¿Por qué, oh Señor, te mantienes alejado, y te escondes en tiempos de tribulación?».
El título del Salmo, «pidiendo la destrucción de los malvados» deja ver que el salmista esta pidiendo la intervención de Dios en un momento de dolor y sufrimiento en el que parece que Dios esta callado o distante.
Con su pregunta el salmista se cuestiona por qué parece ser que Dios no escucha y esta distante en ese momento de dolor.
Luego, en medio de su situación se centra en describir el comportamiento del impío. Describe la arrogancia en las acciones del impío, persiguiendo a los pobres, y las consecuencias que le esperan al caer en su propia trampa.
El salmista comparte 3 características de una persona que se conoce por su rebeldía en contra de Dios: el malo desprecia a Dios, el malo no busca a Dios y el malo no piensa en Dios (3-4).
El malo bendice a los malos y a los codiciosos, es altivo, arrogante, orgulloso, va por camino torcido, haciendo lo malo ante los ojos de Dios, no ve los juicios de Dios sobre sus acciones. Desprecia a los que se le oponen, es arrogante pensando en su corazón que nunca será conmovido ni sufrirá de infortunio.
Mientras el salmista ve que los caminos del malo prosperan, él ve lo que el impío ignora: que Dios enviará Su juicio.
El impío se cree inquebrantable, piensa estar seguro. Peca con su boca, sus palabras son malas, habla blasfemias, mentiras, su corazón es engañoso, sus obras opresivas. Sus acciones y sus palabras son un claro ejemplo de que de la abundancia del corazón habla la boca, y como en su corazón no esta Dios, todo lo que sale de su boca merece el justo juicio de un Dios santo.
El impío actúa a escondidas, se esconde para atacar, matar, dañar y destruir a los desvalidos, a los inocentes, a los afligidos. Se aprovecha de sus víctimas, y cree arrogantemente que Dios no lo ve. Pero Dios es infinitamente sabio y conoce todos los pensamientos y las obras de toda persona que ha creado.
Mientras el salmista no quería que Dios se olvidará de él y de su situación (11), el impío creía que Dios se había olvidado.
¿Cuántas veces no estamos viendo que los malos prosperan? aquellas personas que se rebelan abiertamente contra Dios pueden pensar que están siendo favorecidos por la vida, que son merecedores de todas las cosas buenas que les suceden. Creen que sus malas acciones nadie las va a juzgar y que están por encima de la ley y el orden.
¿Cuántas veces viven como si fueran los dueños del mundo y pasan por encima de sus familiares, compañeros de trabajo, vecinos, de sus semejantes? Piensan que pueden hacer lo que quieran porque tienen poder, dinero o la malicia para conseguir lo que se propongan.
Y cuánto dolor no causan a los pobres y afligidos que los rodean. Aquellos que han caído víctimas de sus artimañas, palabras o acciones.
Tal vez estas sufriendo de cerca una situación en la que eres la víctima de una persona impía, quizá creas que no hay nada que pueda cambiar la situación, pero hoy te invito a recordar que Dios esta cerca del afligido, del pobre y del menesteroso.
Es una bendición que este salmo no termina enfocándose en el impío, ya que en la segunda parte el salmista cambia el tono y pasa a hablar de Dios.
Clama a Dios para que juzgue al impío y defienda a los pobres y desvalidos.
Una pregunta retórica a la que el mismo salmista responde ¿por qué el impío a despreciado a Dios? Porque ignorantemente cree que Dios no le pedirá cuentas.
Me alegra ver que el salmista hace una descripción tan clara del impío en la primera parte del salmo, y en la segunda parte una descripción tan clara de lo que sabe que Dios puede hacer.
Él sabe que Dios todo lo ve y que hará justicia, defenderá a los oprimidos y ayudará a los huérfanos. Así que clama para que Dios obre y derrote al impío hasta que no pueda hacer más mal.
La conclusión del salmo se da con un cambio de tono que nos invita a recordar quién es Dios, ya que con confianza declara que Dios es el Rey eterno, que será fiel como lo ha sido en el pasado y que ayudará y librará a Su pueblo.
Qué hermoso es ver que Dios escucha las oraciones de los humildes, responde y fortalece sus vidas, que Él hará justicia y acabará con el impío para siempre.
Aunque aparentemente los malos ganan y les va “bien”, es importante recordar que a veces las cosas no son como parecen. Ante los ojos de los impíos ellos triunfan y se salen con la suya. Sin embargo, cuando vemos a través de la Palabra de Dios, Su justicia siempre gana. Él siempre tiene la última palabra.
Me hace pensar en la cruz, aparentemente la peor derrota, todo estaba perdido, sin embargo, fue la mayor victoria ya que en ella Cristo acabó con la muerte y el pecado, redimió un pueblo para Sí mismo y ha conquistado el corazón de millones y millones de personas que han entendido que Él es el Rey eterno y el único Dios verdadero que nos da vida eterna.
Oración:
Padre, gracias por la seguridad de saber que Tú eres soberano y justo. El mal ha sido derrotado en Cristo. La victoria está asegurada en ti, y Tú guardas a los que amas. No importa lo que veamos a nuestro alrededor, la realidad es que Tú estás a nuestro lado siempre y sabes exactamente lo que haces.
Y aunque permites sufrimiento en nuestras vidas e incluso a veces la prosperidad de los impíos, mientras los justos sufren, Tu Palabra nos recuerda que al final el impío pagará por su pecado, mientras quienes hemos creído en Ti, disfrutaremos de Tu bondad, de Tu ayuda y sobre todo en Tu presencia eternamente, gracias a la obra de Cristo.
Gracias por esta confianza y esperanza que tenemos en Tu Hijo.
En Su nombre oramos. Amén
Mónica Carvajal