Escuchemos a nuestros hijos
Anoche, cuando me preparaba para acostarme, mi esposo se sentó en el salón y puso un hermoso concierto de Andrea Bocelli en la televisión. Mi hija se unió a él mientras jugaba y escuchaba la música de fondo.
Había sido un día largo, estaba cansada y honestamente quería continuar con mi rutina diaria. Ir a la cama temprano y madrugar son dos cosas que realmente disfruto mucho. Me encanta la sensación de despertarme en la mañana antes de que el sol se asome por la ventana. Leer mi Biblia, orar, responder mensajes, escribir en mi diario, editar, trabajar en algunos escritos o simplemente sentarme a leer un buen libro.
Aunque disfruto mucho madrugar y la solitud de la mañana, también me encanta pasar tiempo con mi familia y disfrutar juntos, aunque eso implique acostarme un poco más tarde de lo normal. Así que, me uní para ver el concierto.
A los pocos minutos mi hija me pregunta si puede llevar mi tableta al salón porque quiere mostrarme algo que enviaron del colegio. Normalmente le hubiera dicho que lo dejáramos para mañana, pero por alguna razón le dije que sí ¡Y menos mal!
Había participado en un concurso llamado «Curiosity challenge» (Desafío de curiosidad), donde los niños de diferentes grados escribían sus preguntas y hacían un dibujo.
Preguntas como: ¿Por qué existimos? ¿Existe Dios? ¿Cuánta gente vive en el mundo? ¿Por qué nacemos? ¿Por qué morimos? Entre otras, llamaron mi atención.
Esa noche al leer las preguntas pude ver que hay una curiosidad innata en la mente de nuestros niños y que ésta, debería motivarnos a estudiar y a prepararnos para responder con el consejo sabio de la Palabra de Dios a sus interrogantes.
Mi hija asiste a un colegio donde hay niños de diferentes nacionalidades y trasfondos. Algunos de ellos nunca han escuchado hablar de Dios (lo sé porque cuando han venido a casa y hemos hablado de Él se quedan como perdidos en medio de una palabra desconocida), otros, tal vez tienen un concepto de Dios basado en dogmas y tradiciones que se encuentra empañado por mentiras o falsas creencias acerca de Él.
Aunque mi hija sabe que Dios existe, que la muerte es el resultado del pecado debido a la desobediencia del hombre a la ley de Dios; que nacemos y existimos para darle gloria a Aquel que nos ha creado y nos da la vida, mi esposo y yo no podíamos desaprovechar la oportunidad para hablar de una manera más profunda acerca de la importancia de la Biblia y del mensaje del evangelio.
Así que esa noche, mientras leíamos las preguntas, detuvimos el concierto y Dios nos dio una nueva oportunidad para recordarle a nuestra hija que en la Palabra de Dios tenemos las respuestas a esas preguntas y a muchas otras.
Dios nos ha dado Su Palabra para que podamos saber que a Él nadie lo creó, que Él es el Creador y Sustentador de todas las cosas. Para poder conocer Su eternidad, Su santidad, Su majestad, etc.
En la Palabra tenemos las respuestas a algunas de las preguntas del desafío del colegio de mi hija.
- ¿Por qué morimos? «Porque la paga del pecado es muerte» (Rom 6:23).
- ¿Por qué existimos? Porque Dios nos creó para Él. Para Su gloria, para mostrar Su poder. «Pues si vivimos, para el Señor vivimos, y si morimos, para el Señor morimos» (Ro 14:8).
- ¿Existe Dios? «En el principio Dios creó los cielos y la tierra» (Gn 1:1) «Todas las cosas fueron hechas por medio de Él, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho» (Jn 1:3).
- ¿Quién creó a Dios? Nadie, ya que Él es auto existente. «Antes que los montes fueran engendrados, y nacieran la tierra y el mundo, desde la eternidad y hasta la eternidad, Tú eres Dios» (Sal 90:2). Y ha existido siempre «por tanto, al Rey eterno, inmortal, invisible, único Dios, a Él sea honor y gloria por los siglos de los siglos. Amén» (1 Tim 1:17).
Así que hoy quiero invitarte a escuchar a tus hijos, a estar pendiente de esas oportunidades que pueden llegar en las circunstancias tal vez menos esperadas, pero que pueden abrir una puerta para compartirles el Evangelio, resolver sus dudas por medio de la Palabra de Dios y ayudarte a conocer un poco mejor qué pasa por sus cabecitas.
Ánimo, hermana. Estudia y escudriña la Palabra de Dios y así podrás responder a las preguntas de tus hijos con la Verdad.
Dios te bendiga,
Sirviendo para Su gloria
Mónica Carvajal