Jesús la Puerta verdadera
«Yo soy la puerta; si alguno entra por Mí, será salvo; y entrará y saldrá y hallará pasto. El ladrón solo viene para robar, matar y destruir. Yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.
«“Yo soy el buen pastor; el buen pastor da Su vida por las ovejas”».
Jesús conoce a Sus ovejas y Jesús es la puerta que las lleva a un lugar de descanso y seguridad. Solo quienes le conocen pueden entrar al reino de Dios, disfrutar de la plenitud, de la libertad, del gozo que hay en Su presencia.
No hay peligro dentro de sus puertas, estamos seguras y confiadas porque hemos conocido a nuestro Buen Pastor, que nos llama por nombre, que nos busca, que nos redime, que nos guarda y nos guía a verdes pastos, a lugares deleitosos, a Su presencia.
Conocemos Su voz y le seguimos, porque Él nos ha escogido para Sí, nos ha salvado, dando Su vida en la cruz del Calvario, para redimirnos, para hacernos suyas.
Qué privilegio poder conocer Su voz y obedecerle, qué privilegio saber que entramos por la puerta verdadera a la eternidad. No hay otro pastor, no hay otra persona que nos pueda dar la seguridad que solo encontramos en Cristo.
Una puerta exclusiva, para llevar a los suyos a vivir y disfrutar eternamente de Su presencia.
Qué diferencia a los falsos pastores y ladrones que solo quieren hurtar, robar y destruir, esos que hurtan la paz de nuestros corazones, roban el gozo y destruyen nuestra fe.
El Buen Pastor, el pastor que ha venido para darnos vida y vida abundante es Jesús.
Él dio Su vida por nosotros, por medio de Su sacrificio en la cruz del calvario, Él se entregó voluntariamente para guardarnos y salvarnos.
Jesús puso Su vida por Sus ovejas, incluso por aquellas ovejas gentiles, que no eran de su redil, esas ovejas que por la fe serían suyas, que escucharían Su voz y serían unidas a Su rebaño, de esta manera Él sería el Buen Pastor y la Puerta que nos mantendría a salvo.
Alabado y bendecido sea nuestro Dios por darnos la seguridad de conocer la Puerta que nos da entrada a la Vida eterna y al Buen Pastor que nos puede llevar de manera segura hasta ella.
Dios te bendiga
Mónica