Uno de esos días
“Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna (Hebreos 4:16).”
Estoy segura de que al igual que yo has tenido algunos días donde no sabes que pensar. Las cosas no salen como esperabas.
Puede que te encuentres en medio de una discusión con tu esposo, de la desobediencia de tus hijos, de la incertidumbre por una decisión que necesitas tomar, el temor a una situación que has estado evadiendo por algún tiempo y que finalmente ha llegado a un punto en el que la única alternativa posible es resolverla y enfrentarla.
Tu mente da vueltas y vueltas a una cantidad de pensamientos que giran a una velocidad tal que es casi imposible de detener y lo único que puedes hacer es clamar desde lo mas profundo de tu corazón: “Señor, ayúdame, no puedo sola. Te necesito.”
Y de repente, en medio de todo el caos en tu mente, de tanto dolor y confusión, recuerdas que aquel que te ha comprado con su sangre está presente y dispuesto a ayudarte en medio de tu necesidad y que te ama a pesar de todas las debilidades y faltas que puedas tener.
Reconoces que necesitas la gracia diaria que solo Dios puede ofrecerte y que tu identidad no se encuentra en lo que haces o eres. Tu identidad está en Cristo. Eres hija de Dios. Eres amada, y día a día vas siendo transformada para parecerte más a Cristo.
Así que en esos días cuando recuerdas tu identidad en Cristo lo extraordinario ocurre. Encuentras que puedes perdonar a tu esposo como Dios te ha perdonado en Cristo. Puedes disponer de la sabiduría que Dios te ofrece en Su Palabra y así tomar decisiones que traigan gloria a Su nombre. El Espíritu Santo vive dentro de ti y te ayuda en medio de tu debilidad. Puedes extender la gracia que has recibido de Dios a tus hijos. Puedes agradar al Padre al vivir en obediencia a Su Palabra.
Recuerda que la vida cristiana no es un camino plano sin desvíos, por el contrario, es una aventura con altibajos, con momentos de gozo y de dolor, con lágrimas y risas, con desafíos y pruebas, y que cada día tienes a tu disposición la ayuda de aquel que ha vencido a la muerte y al pecado por medio de Su sangre derramada en la cruz.
Dios te bendiga
Mónica Carvajal
Este escrito apareció por primera vez en la página de Facebook del ministerio #ellafloreceoficial