By May 13, 2021 0 Comments Read More →

¿Dónde está tu esperanza?

Photo by Fa Barboza on Unsplash

Querida hermana, la esperanza del mundo es un sentimiento basado en el deseo, o en la confianza de que algo que queremos pueda suceder. Viene de nuestro interior. Se basa en nuestros propios deseos, sueños, habilidades, conocimientos y esfuerzo para hacer que las cosas sucedan como queremos.

Esta esperanza también puede basarse en las habilidades, conocimiento, deseos y esfuerzo de otras personas, o de lo que ellas pueden hacer por y para nosotras.

No hay garantía de alcanzar nuestras expectativas y si estas se retrasan o no se cumplen solemos desesperarnos y desalentarnos, ya que no hay nada a lo que podamos aferrarnos hasta que llegue la respuesta, porque esta esperanza no tiene un fundamento real para sus promesas.

No es una esperanza pasiva, ya que debemos de actuar, convirtiéndose así en un acto de la voluntad para obtener un resultado. Puede derrotarnos en el momento en el que las dificultades son más grandes que nuestra fuerza. Todas buscamos la esperanza en diferentes lugares, personas o circunstancias, y esto más que ser un ancla firme para nuestras almas, es como estar moviéndonos en medio de olas confusas de incertidumbre.

La esperanza verdadera del creyente

La esperanza del creyente es una expectativa segura basada en las promesas de Dios en Su Palabra. Viene de fuera de nosotros y es un regalo de Dios. Se basa en a quién conocemos: Dios el Padre y Cristo el Hijo de Dios.

La esperanza cristiana no surge de nuestra credulidad, sino que se basa en la fidelidad de Dios.

Existe la garantía de que nuestras expectativas basadas en las promesas de Dios se cumplirán (Hebreos 6:19), ya que se basan en el carácter de Dios mismo (Mateo 5:18).

La demora de nuestras expectativas nos acerca a Dios, en lugar de llevarnos al desaliento o desespero como ocurre con la esperanza falsa.

Nuestra confianza está en Dios y en su capacidad para librarnos de nuestra situación o de intervenir a nuestro favor en medio de ella (Salmo 31:24; 33:18; 34: 1-8, 17-18.) Tenemos confianza en que Dios nos escucha y nos responde cuando le pedimos ayuda.

No es pasiva, ya que debemos confiar, y la confianza es un acto de la voluntad para tener esperanza en el carácter de Dios.

Esta esperanza nos da el poder de afrontar todas las situaciones difíciles de nuestra vida, porque sabemos que todo lo podemos por medio de Aquel que nos fortalece (Filipenses 4:13).

A través de toda la Biblia, Dios nos ha prometido la verdadera esperanza y nos ha dado el ancla de nuestra alma para esta esperanza: Jesús.

¿Qué esperanza tienes en tu vida? Oro para que disfrutes de la esperanza que Cristo da.

Dios te bendiga

Mónica Carvajal

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