By January 15, 2023 Read More →

El evangelio lo cambia todo

Y de repente encuentro a mi corazón poniendo el enfoque en sí mismo, en las cosas que suceden o dejan de suceder y una gota de agua salada se resbala por mis mejillas. He experimentado anhelos o deseos no cumplidos, expectativas no satisfechas, sentimientos respecto al comportamiento de otras personas que han hecho doler mi corazón, preocupación por el futuro, un montón de “y sí…”.

Te soy honesta. No me gusta lo que veo en esos momentos. No me gusta como soy. Gracias a Dios que me ayuda a ver por encima de todas esas emociones y a enfocarme en Cristo, en la eternidad, en ser luz y sal, en bendecir y orar por aquellas personas y situaciones que consciente o inconscientemente me han ayudado a ver que todavía necesito cambiar, necesito crecer, necesito mostrar más de Cristo.

Soy diferente, no porque yo misma haya escogido serlo, sino porque Dios me ha escogido, me ha salvado y me ha dado un nuevo corazón, una nueva naturaleza. Así que sí, en lugar de lamentarme y quejarme, de defenderme o justificarme, de condenar o de ignorar, de preocuparme o inquietarme….Oro y alabo a Dios.

En esos momentos cuando el enemigo quiere tomar ventaja y acabar conmigo haciéndome pensar y caer en una espiral descendente de tristeza, melancolía y preocupación, busco a Cristo, le recuerdo a mi alma que Él es suficiente, que Él me sacia, me llena, me ama.

No estoy sola, he sido aceptada y amada por el Creador, el Dios verdadero, por quien realmente importa y vale la pena ser amada.

Mi valor no radica en las cosas que tengo, en los títulos, las personas que conozco o las cosas que hago, mi valor radica en que el Hijo de Dios, Jesucristo, dio Su vida por mí. Me ha salvado y rescatado, me ha hecho Suya, una hija de Dios, una integrante más de la familia de Dios, con millones de hermanos y hermanas en todo el mundo.

No estoy sola, no. Dios vive dentro de mí por medio del Espíritu Santo que me ha sellado y me recuerda que cada día Dios está a mi lado.

Recordarle verdades a mi alma es un ejercicio intencional que debo realizar cada día. Una manera de hacerlo es escuchando canciones que me recuerden quién es Dios, lo que Él ha hecho, lo que dice Su Palabra.

Recordarle verdades a mi alma cada día consiste en leer y meditar en la Palabra de Dios, orar y sobre todo recordar el privilegio inmerecido de pertenecerle a quien me ha creado, sostiene mi vida y me llama Su hija.

Sirviendo para Su gloria,

Mónica Carvajal

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