By May 6, 2022 Read More →

¿Hasta cuándo Señor? Salmo 13

Salmo 13

EOAO: Salmo 13:5 «Mas yo en tu misericordia he confiado; mi corazón se alegrará en tu salvación».

Este salmo en el que David clama pidiendo ayuda para que el sufrimiento acabe, deja ver el corazón de un hombre que se pregunta de manera repetitiva ¿hasta cuándo? Cuatro veces usa esa expresión para dar inicio a sus preguntas.

La realidad es que quisiéramos saber cómo, cuándo y dónde va a terminar el dolor que experimentamos, de qué manera Dios nos va a ayudar y a liberar de esa agonía que se escapa por nuestros labios y que brota de nuestro corazón.

David estaba angustiado, sufriendo, necesitaba clamar al único que podía ayudarle y la urgencia se deja ver en sus preguntas y sobre todo en la sensación de lejanía. David no sentía la presencia de Dios, se sentía solo y abandonado.

Sin embargo, las palabras del salmista dejan ver que, aunque esa podía ser su sensación, Dios estaba cerca, él sabía que estaba a solo una oración de distancia. Dios nunca se olvida de nosotros, no hay lugar a donde no este presente.

(2) David cayó en una situación difícil debido a su sufrimiento, empezó a buscar dentro de sí mismo consejos para alegrar su alma, una especie de auto ayuda, intentando salir adelante y derrotar al enemigo que parecía estar enaltecido sobre él.

David no necesitaba mirar adentro, necesitaba mirar arriba. No necesitaba auto ayuda, necesitaba a Dios. No necesitaba consejos propios, sino al Señor.

David había caído en un profundo pozo de desesperación y angustia, estaba tan encerrado en su situación que cada vez era mas difícil salir de allí.

En la segunda parte del salmo cambia el tono, clama a Dios para que le responda, para que le ayude a ver con claridad, lo mantenga despierto y alerta y le conceda entendimiento.

Aunque el peligro era real y sus adversarios estaban atacando con furia, David conocía la misericordia de Dios, sabía en quién había creído, en quién había confiado. Es como si Dios estuviera respondiendo a su clamor y finalmente le estuviera dando la confianza y la seguridad que su alma atribulada necesitaba.

Y finalmente nuestro querido rey eleva una respuesta de gratitud, su corazón se regocijaría en la salvación de Dios y cantaría al Señor porque le ha hecho bien.

Como David, necesitamos recordar que podemos ir a Dios en oración, clamar por Su ayuda e intervención, confiar en la victoria que nos ha dado en Cristo, regocijarnos por Su salvación, y alabarle por Su bondad pasada, presente y futura porque el Señor SIEMPRE nos muestra Su misericordia.

Padre, gracias por esta semana en la que hemos podido meditar en los salmos y ver que las circunstancias no cambian quien eres. Eres fiel, justo, bueno, misericordioso, amoroso y sabes lo que haces. Gracias porque aunque podemos sentirte lejos, sabemos que siempre estás cerca. Y gracias porque tenemos ejemplos de personas que en medio de su sufrimiento clamaron a ti con corazones sinceros y salieron fortalecidos en el proceso.

Gracias porque Tu Palabra es verdad y podemos confiar y descansar en Ti. Estamos en Tus manos y Tú siempre nos escuchas y nos ayudas.

Te amamos, en el nombre de tu Hijo Jesucristo. Amén

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