By March 6, 2020 0 Comments Read More →

¿Vas a orar o te vas a preocupar?

 

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Por: Mónica carvajal

Como seres humanos, es fácil preocuparse y afanarse por el futuro, lo que podremos enfrentar nosotros o aquellos a quienes amamos. Realidades como enfermedades, pérdidas, dolores, sufrimiento y la más dolorosa de todas: La muerte, pueden llegar a nosotros en cualquier momento y sin previo aviso. Sin invitación.

La ansiedad se acumula muy fácilmente. Basta con abrir nuestras cuentas de Facebook o Twitter o ver los noticieros y de repente las imágenes o noticias acerca de las epidemias que se están propagando desde otros países, las catástrofes producidas por la naturaleza o la actuación del hombre, nos alarman y generan temor. Noticias que hablan de homicidios, suicidios, prostitución infantil, aborto, trata de personas, o la corrupción política, entre muchas otras cosas, nos dejan ver la triste condición del mundo.

Debido a la situación actual de nuestro mundo y nuestra sociedad, un montón de “¿y si_______? Llenan nuestras mentes mientras estamos despiertas. La preocupación se extiende a todas las áreas de nuestras vidas y rapidamente perdemos la paz y la confianza.

La incertidumbre se abalanza sobre nosotros y nos preguntamos ¿Cómo puedo tener paz en el alma? ¿Cómo puedo vivir sin temor constante a lo desconocido? ¿Cómo puedo controlar las situaciones que enfrento? ¿Cómo puedo cambiar mis circunstancias? ¿Cómo puedo evitar el dolor y el sufrimiento en la vida de quienes amo? ¿Cómo puedo dormir tranquila en las noches sin temor a lo que pasara mañana?

Todas estas preguntas y muchas más entran en nuestro corazón y se anidan en nuestras mentes cuando nuestro enfoque se encuentra en las cosas del mundo y no en Dios.

Cuando apartamos los ojos de Dios, la ansiedad encuentra un camino hacia nuestro corazón.

Hoy quiero recordarte la bondad de Dios, Su cuidado y fidelidad, al estudiar lo que la Palabra de Dios enseña respecto a la ansiedad y la preocupación, y a la respuesta del creyente ante estos pecados de los que todos en algún momento u otro de nuestras vidas hemos sido culpables.

Uno de los versículos más conocidos acerca de la ansiedad se encuentra en Filipenses 4: 6-7, allí el apóstol Pablo escribió “por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús”.

¡Qué mensaje tan alentador para nuestra alma turbada!  ¡Qué orden tan difícil de seguir con nuestras propias fuerzas!  “no te preocupes por nada”.

En estos versículos, Dios por medio de Pablo nos da una orden. No estén ansiosos por nada, ni por una sola cosa. Mas bien, nos dice, oren por todo, incluso por lo más simple.

Pablo, estando encarcelado pudo escribir y mostrar con su comportamiento el gozo y la gratitud de un seguidor de Cristo. Sabiendo que en el mundo siempre vamos a encontrar motivos para preocuparnos, Pablo nos exhorta a levantar nuestros ojos y a recordar que el Señor esta cerca. Esa cercanía de Dios se lleva a cabo de una manera visible cuando el hijo de Dios ora.

El remedio contra la ansiedad que Pablo nos revela es el de despojarnos de todo lo que nos produzca angustia, ansia, congoja, preocupación e incertidumbre, mediante la oración, al presentar todas nuestras peticiones delante de Dios, en ruego y con acción de gracias. Y el resultado será la paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento y que guardará nuestros corazones y nuestros pensamientos en Cristo Jesús.

Quiero detenerme en la palabra ruego que se refiere a “una petición o súplica”, algo que le pedimos a Dios con un espíritu humilde. El hecho de que Pablo escribió oración y súplica significa que debemos tener un propósito y una intensidad tal, como si nuestras vidas dependieran de ello.

Pablo sabía de lo que hablaba. Muchas veces en su vida se había enfrentado a situaciones difíciles, como: ser azotado, encarcelado, amenazado de muerte. Había experimentado naufragios, y peligros de todo tipo. Pasó hambre y sed, frío y desnudez, y añadido a todo esto, tenía una preocupación constante por todas las iglesias (2 Cor 11:23-29).

Querida hermana, Pablo tenía muchos motivos para excusar la ansiedad y la preocupación en su vida. Sin embargo, Pablo actuó de otra manera. Él oraba y confiaba, porque conocía a su Dios. Pablo oraba y pedía fortaleza para enfrentar el mañana y sabiduría para responder a las situaciones difíciles de su día a día.

Pablo nos dejó un ejemplo de oración y de confianza en la soberanía de un Dios bueno y sabio en medio de nuestras dificultades. En estos versículos nos exhorta a no desfallecer ante la duda y el temor. A no rendirnos ante la ansiedad y la preocupación. Nos invita a llevar nuestras cargas a Dios, quién tiene el poder para darnos su paz. Aquél que puede cambiar las circunstancias o cambiarnos a nosotros en medio de ellas.

Pablo no tuvo una vida fácil, pero tuvo una vida de fe marcada por la oración. Él había experimentado en su propia vida la instrucción que estaba compartiendo con la iglesia en Filipo. Sabía de primera mano que la paz de Dios sobrepasa todo entendimiento cuando oramos y rogamos a Dios mientras al mismo tiempo tenemos una actitud de gratitud. Así que el apóstol, en lugar de afanarse por los asuntos y las situaciones a las que debía hacer frente, llevaba todas sus cargas a Dios en oración.

Gracias a Dios por incluir esta epístola en la Biblia para que hoy tú y yo, podamos conocer el secreto para vencer la ansiedad que Pablo compartió con los filipenses.
Imitando a Pablo en el día a día

Querida hermana, los días pasan de prisa mientras atendemos a nuestros esposos e hijos, los estudios o el trabajo, cuidamos de unos padres enfermos, o atendemos responsabilidades de liderazgo dentro de la iglesia, sin embargo, quiero animarte a que reserves un tiempo para leer, meditar y orar la Palabra de Dios.

He descubierto a lo largo de mi vida, que cuando la ansiedad intenta entrar en mi corazón, el único remedio para mi alma afligida es la Palabra de Dios y la oracion. Cuando leo la Biblia, esos versículos alentadores que me muestran que Dios está a cargo y que es el Rey soberano del universo, me aseguran que no tengo derecho a temer.

Él está allí incluso en la peor situación posible en la que podamos encontrarnos. Él estará allí durante toda nuestra vida cuidándonos. Él estará con nosotros hasta nuestro último aliento. El estará cuidando nuestro destino eterno y el destino eterno de aquellos a quienes amamos.

La Palabra de Dios contiene cientos de versículos para ayudarnos a lidiar con la ansiedad. Algunas veces por medio de ellos nos confronta, otras nos anima y muchas veces nos ordena creer en Dios y nos exhorta a poner nuestra confianza en Él y en Su carácter, en lugar de en nuestro propio poder o habilidades.

No tenemos el control sobre nuestras vidas, somos suyos y Él puede y está dispuesto a ayudarnos en cada paso del camino.

Que hoy Dios te ayude a dejar todas tus preocupaciones en Sus manos y a descansar en Su amor, Su cuidado, Su sabiduría, Su fidelidad, Su soberanía y Su voluntad perfecta, buena y agradable para tu vida.

Recuerda que Dios te dará la gracia necesaria para cada día y que el mismo Señor Jesucristo te exhorta a no afanarte por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán.

Bendiciones y hasta pronto

Mónica

Te comparto una lista de algunos versículos bíblicos acerca de la ansiedad y la preocupación

  •  Busqué a Jehová, y él me oyó, y me libró de todos mis temores. Salmos 34:4
  • Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas. Josué 1:9
  • Echa sobre Jehová tu carga, y él te sustentará; no dejará para siempre caído al justo. Salmo 55:22
  • En el día que temo, yo en ti confío. Salmo 56:3
  • En la multitud de mis pensamientos dentro de mí, tus consolaciones alegraban mi alma. Salmo 94:19
  • Por tanto, os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido? Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?  ¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?  Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan; pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.  Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?  No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?  Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas. Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.  Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal. Mateo 6:25-34
  • No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. Juan 14:1
  • La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Juan 14:27
  • Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré; de manera que podemos decir confiadamente: El Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre. Hebreos 13:5-6
  • Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere tiempo; echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros. Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar. 1 Pedro 5:8

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