1 Samuel

1 Samuel

En este primer libro de Samuel conocemos la historia de Ana, su madre, una mujer que había luchado con la esterilidad, y quien un día en medio de su angustia y dolor, oró con tanta convicción en su corazón, e hizo voto al señor, prometiéndole que, si le daba un hijo, ella se lo dedicaría a Él para que le sirviera siendo Nazareo.

Dios escuchó la oración de esta mujer y ella concibió y Dios a luz a Samuel, el profeta y autor del libro que lleva su nombre (1 S 1-2).

Aquí encontramos el llamamiento de Samuel como profeta, el juicio de Dios sobre el sacerdote Elí y sus dos hijos (1 S 3).

También vemos la derrota de Israel frente a los filisteos y el arca de Dios capturada por los enemigos de Israel, y la lección aprendida por el pueblo a través de esta experiencia (1 S 4-7).

Samuel narra el momento en el cual Israel pide rey, Dios responde a esa petición a pesar de que sus motivos eran malos, y de esta manera Saúl, hijo de Cis, se convertiría en el primer rey humano de Israel (1 S 8-10).

Samuel unge a Saúl como nuevo rey de Israel y así empieza la descripción de todos los logros y fracasos de Saúl, dejando ver su falta de carácter, su carnalidad, su desobediencia, que le haría finalmente daño al pueblo que estaba bajo su liderazgo (1 S 11-15).

Como consecuencia de las acciones de Saúl, David, un pastor de ovejas, el más joven de su familia, se convierte en el escogido por Dios para reemplazarlo (1 S 16-17). Así es como entra en escena uno de los personajes más amados de la historia de Israel, conocido también como «un hombre conforme al corazón de Dios» (1 S 13:14).

Este libro nos muestra el contraste de carácter entre Saúl y David. Saúl era celoso y arrogante, un hombre impulsivo y desobediente. David, por el contrario, era un hombre humilde que reconocía que sin Dios él no era nada. Su dependencia, su fe, así como sus fallas humanas, le hacen ser un ejemplo para todos los creyentes en la manera como debemos responder tanto en los momentos de éxito, cuando la bendición de Dios es visible, así como en los momentos de dolor y sufrimiento debido a la consecuencia por el pecado propio o ajeno (1 S 18-31).

David temía a Dios, dependía de Él, confiaba en Su justicia y sabía que todas sus experiencias en el desierto huyendo de Saúl, después de haberle servido fielmente en el ejército y de haberle ayudado a ganar tantas victorias, no eran en vano. Dios lo estaba preparando y fortaleciendo su carácter para hacer de él el rey que Dios quería para Israel.

Este libro sin duda nos enseña que Dios es el que pone y quita reyes, que cuando nos llama para servirle, Él nos capacita y nos prepara para cumplir con el trabajo que nos ha encomendado. Nos recuerda que Dios ama y bendice a los humildes, pero que al arrogante lo desecha. Nos invita a vernos en el carácter de todos sus personajes y los pone como un reflejo frente a nuestros ojos para que anhelemos imitar el ejemplo de unos y apartarnos de seguir los caminos de otros.

Te invito a escuchar los audios y a conocer a todos sus personajes.

Sirviendo para Su gloria,

Dios te bendiga

Mónica Carvajal