By May 19, 2014 0 Comments Read More →

Cuando ves a Jesús

encuentro

Cuando nos encontramos con Cristo podemos ver como nuestra vida cambia.

Ya no somos los mismos de ayer, nuestra manera de ver el mundo, de entenderlo, cambia; de ser ciegos pasamos a ver a Aquel que creó los cielos y la tierra, a Aquel que sopló Su aliento sobre nosotros para darnos vida.

Es un gozo el poder ver a Jesús, creer en El y adorarle (Jn 9:37-38). Cuando podemos entender que El es Dios, y que dio Su vida para que nosotros pudiéramos presentarnos delante del Padre como verdaderos adoradores que le adoran en Espíritu y en verdad.

Y es maravilloso poder ver a Jesús a nuestro lado, conocerlo y dejarnos amar por él. Cuando entendemos en quien hemos creído y contemplamos Su rostro y lo vemos muriendo en una cruz por amor a nosotros, recibiendo golpes, latigazos, insultos, siendo blasfemado y burlado, solo podemos reconocer que ocupó nuestro lugar sin merecerlo y que eso que El vivió te correspondía a ti y a mi; en ese momento es cuando podemos agradecer que El pagó el precio por nuestros pecados, un precio que te aseguro, por mucho que nos hubiéramos esforzado no podríamos pagar en su totalidad.

Solo cuando reconocemos que necesitamos ese regalo inmerecido, es que podemos recibir el perdón por nuestros pecados, que podemos presentarnos delante del Padre como hijos suyos porque cuando creemos en Jesucristo, cuando reconocemos que murió en nuestro lugar, que pagó tu deuda y la mía, es que podemos ser verdaderamente libres; libres del peso de la ley, del peso del pecado y de la culpa.

No hay libertad si Jesús no está en tu vida, no hay libertad si el Espíritu Santo no te ha sellado y habita en ti, si tu cuerpo no es templo del Espíritu Santo no hay libertad. La Palabra de Dios es muy clara al decir que donde está el Espíritu de Dios allí hay libertad (2 Corintios 3:17). Es una libertad que nunca se acaba, que no se  pierde, es una libertad incondicional; no depende de si me la gano o no, depende de Dios, que ya me la dio y nadie ni nada me la puede quitar.

No es una libertad bajo fianza, y si vuelvo a pecar o a cometer algún error la pierdo, no, hermano/a, es una libertad que esta disponible para todo aquel que ve a Jesús, es un pago completo por tu pecado y tu culpa, tú no tienes que hacer nada, solo recibirlo y creer que El pagó por ti, en tu lugar y al hacerlo, te ha sacado del problema de la esclavitud, te ha librado del castigo eterno y del juicio divino y te ha dado libertad eterna, una vida eterna juntamente con él y el privilegio de ser hecho un hijo de Dios…

Ya eres parte de su familia cuando ves a Jesús.

 Por Mónica Carvajal

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