By March 17, 2022 0 Comments Read More →

Decidir y cómo decidir: Esa es la cuestión

Tomar decisiones es uno de los mayores desafíos que enfrentamos en la vida.

Aunque hay decisiones que no tienen una trascendencia impactante sobre nuestras vidas, hay otras que son valiosas y pueden determinar no sólo nuestro futuro sino también el de nuestros seres queridos. Esas decisiones deben ser tomadas con sabiduría y en oración.

¿Con quién me voy a casar? ¿Dónde voy a vivir? ¿Qué voy a estudiar? ¿Me voy del país? ¿Cambio de trabajo? Etc.

Ante los desafíos que se plantean, surge la pregunta inevitable ¿cómo sé qué decisión debo tomar?

Así que hoy quiero darte algunos consejos:

  1. Enfócate en lo más importante:

«Entonces, ya sea que coman, que beban, o que hagan cualquier otra cosa, háganlo todo para la gloria de Dios» (1 Co 10:31).

La vida no se trata de nosotros o de nuestros deseos, se trata de Dios y de Su gloria. La pregunta no debe ser ¿qué decisión debo tomar? la pregunta que deberíamos hacernos es ¿cuál es la voluntad de Dios para mi vida en esta área?

En todo lo que hagamos debemos tratar de darle gloria a Dios. Así que piensa, ¿es esta una decisión que va a darle gloria a Dios? Si la respuesta es no. No lo hagas.

  • Recuerda que lo importante no se decide en un instante:

«Oren sin cesar» (1 Ts 5:17).

«El simple todo lo cree, pero el prudente mira bien sus pasos» (Pr 14:15).

Toma tiempo en oración para buscar la voluntad de Dios. No te apresures a tomar decisiones bajo presión. Examina, investiga y considera las consecuencias de tus decisiones.

  • Ora por sabiduría:

«Y si a alguno de ustedes le falta sabiduría, que se la pida a Dios, quien da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada» (Stg 1:5).

Muchas veces las cosas no son lo que parecen. No te dejes llevar por tus emociones o tus deseos y mucho menos por tu corazón, ya que es engañoso. A medida que pasas tiempo en oración y meditando en Su palabra, el Señor te mostrará Su voluntad y te dará claridad respecto al siguiente paso.

  • Pide consejo:

«Sin consulta, los planes se frustran, pero con muchos consejeros, triunfan» (Pr 15:22).

En la multitud de consejeros hay sabiduría. Busca el consejo de creyentes maduros en la fe para que te hagan las preguntas correctas y te ayuden a tener una perspectiva más amplia de la situación. Escucha, y en oración pide discernimiento para poder tomar una decisión adecuada.

  • Sigue el ejemplo de Jesús:

«Y adelantándose un poco, cayó sobre Su rostro, orando y diciendo: “Padre Mío, si es posible, que pase de mí esta copa; pero no sea como Yo quiero, sino como Tú quieras”» (Mt 26:39).

¡Qué ejemplo de dependencia, humildad y rendición a la voluntad del Padre! Si Jesús oró de esta manera, debemos imitar Su ejemplo y pedir que la voluntad de Dios, que siempre es buena, agradable y perfecta (Ro 12:1-2) sea hecha en nuestras vidas.

  • “Descansa en Dios cuando tomes la decisión:

«Confía en el Señor con todo tu corazón, y no te apoyes en tu propio entendimiento. Reconócelo en todos tus caminos, y Él enderezará tus sendas» (Pr 3:5-6).

Cuando tomas una decisión en oración, leyendo y meditando en Su palabra, Dios te mostrará Su voluntad y te dará Su paz de tal manera que podrás seguir adelante con la decisión. Puede que las cosas no sean fáciles, pero Dios te dará Su gracia para cada día.

  • Ten en mente la eternidad:

«Por la fe Abraham, al ser llamado, obedeció, saliendo para un lugar que había de recibir como herencia; y salió sin saber adónde iba. Por la fe habitó como extranjero en la tierra de la promesa como en tierra extraña, viviendo en tiendas comoIsaac y Jacob, coherederos de la misma promesa, porque esperaba la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios» (Hb 11:8-10).

Aunque parezca que decidir con quien casarte no afecte tu eternidad, créeme que sí lo hace. Un compañero de vida que no ame a Dios y atesore Su Palabra, puede llevarte a vivir una vida enfocada en las cosas de este mundo y no en la gloria de Dios.

Una profesión mal escogida puede hacerte dejar de lado los dones y talentos con los que Dios te ha dotado para Su gloria.

Vivir para el aquí y el ahora, solo para disfrutar la vida, puede repercutir en una vida de disfrute y placer de este lado de la eternidad, y una de dolor y sufrimiento por toda la eternidad. Por eso, siempre piensa en cómo quieres pasar la eternidad. Esa es la pregunta y la decisión más importante…       

Conclusión

«…Dios nos ha dado vida eterna, y esta vida está en Su Hijo. El que tiene al Hijo tiene la vida, y el que no tiene al Hijo de Dios, no tiene la vida. Estas cosas les he escrito a ustedes que creen en el nombre del Hijo de Dios, para que sepan que tienen vida eterna. Esta es la confianza que tenemos delante de Él, que, si pedimos cualquier cosa conforme a Su voluntad, Él nos oye.Y si sabemos que Él nos oye en cualquier cosa que pidamos, sabemos que tenemos las peticiones que le hemos hecho» (1 Jn 5:11b-15).

Como puedes ver, Dios nos ha dado vida eterna por medio de Su Hijo Jesucristo, por lo tanto, podemos acercarnos con confianza ante Su presencia, podemos tener la seguridad de que, si pedimos alguna cosa, conforme a Su voluntad Él nos oye.

Jesucristo vino para darle vida a todo aquel que cree en Él y le acepta y recibe como su Señor y Salvador.

Por último, recuerda que la voluntad de Dios es tu salvación. Si la tienes asegurada puedes depender del Espíritu Santo que te ha sellado y descansar sabiendo que los otros detalles de tu vida están en las manos del Dios que te ha creado y salvado.

Descansa y confía, Dios controla tu vida.

En el amor de Cristo,

Mónica Carvajal

@monicacarvajalconsejeria

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