Juan

El apóstol Juan escribe desde lo que conoce, lo que ha visto y entendido acerca de Su maestro. En los primeros 18 versículos nos dice de qué se va a tratar todo su evangelio.

Nos presenta temas tan relevantes como la eternidad de Cristo, Su existencia eterna, Su rol en la creación, Su esencia divina que comparte con el Padre, Su forma humana, para venir a habitar entre la humanidad que había creado.

Juan nos muestra cómo, Juan el Bautista, fue el mensajero enviado como testigo para presentarle la luz verdadera al mundo que estaba en oscuridad.

Esa oscuridad le impidió al pueblo conocer y recibir a su Creador y Salvador.

El comienzo de este libro “en el principio era el verbo”, me recuerda a Génesis 1 “En el principio creo Dios los cielos y la tierra”. Juan nos habla que ese logos, esa Palabra, ha existido desde el principio, y ha creado todas las cosas. En la persona a la que se refiere como la Palabra y como el Creador, estaba la vida: Jesús.

En Jesús, Dios mismo, en forma humana se estaba revelando a la humanidad. La segunda persona de la Trinidad que ha existido siempre se había hecho hombre para venir a la tierra y habitar entre nosotros.
Por medio de la Palabra, por medio de Cristo, todo fue creado. Como dice Colosenses 1:6b-7 “todo fue creado por medio de Él y para Él. Y Él es antes de todas las cosas y todas las cosas en Él subsisten.

En la Palabra estaba la vida.
En la palabra estaba la luz de la humanidad.
Jesús dijo acerca de sí mismo, Yo soy la luz del mundo (Jn 8:12).
Jesús dijo acerca de sí mismo, Yo soy la vida (Jn 14:6).

Jesús es el dador de vida física, espiritual y eterna. Su luz nos alumbra y nos lleva a la verdad. Aunque vivimos en un mundo donde los hombres aman más las tinieblas que la luz, quienes hemos creído y recibido a Jesucristo como Señor y Salvador de nuestras vidas, somos hijas de Dios y le pertenecemos. La gracia y la verdad están en Jesucristo, el Hijo de Dios.
Te invito a escuchar los audios de este hermoso evangelio y alabar a Dios por el regalo de Su Hijo.

Dios te bendiga

Mónica Carvajal