Alabemos el carácter de nuestro Dios

«En Ti pondrán su confianza los que conocen Tu nombre, porque Tú, oh Señor, no abandonas a los que te buscan» (Sal 9:10).

Este salmo es una invitación de David a elevar acciones de gracias por la justicia de Dios, y prácticamente se enfoca en este atributo de Su persona.

Dios es justo y David lo sabe, por lo tanto, el rey se agrada en dar gracias a Dios con todo su corazón y lo hace por medio del testimonio de todas las maravillas y hechos poderosos que Dios ha llevado a cabo en su vida y en la nación de Israel.

Contar Sus maravillas, alegrarse y regocijarse, cantar alabanzas al nombre de Dios, son expresiones y actitudes que solo pueden salir de un corazón agradecido por la bondad y la misericordia de Dios. Ese es el llamado al que necesitamos responder con prontitud, ese es el ejemplo que necesitamos imitar sin dilación.

Cuando vemos el ejemplo de David recordando la victoria sobre sus enemigos, la fidelidad y la justicia de Dios al defenderlo y juzgar a sus adversarios, tenemos la certeza de que confiamos y descansamos en el mismo Dios, que no ha cambiado, que sigue siendo igual de justo y fiel.

David nos recuerda que Dios destruye al impío y borra su nombre para siempre, mientras que nuestro Dios permanece para siempre, y establece Su trono para juzgar justamente a la humanidad (7-8).

Me encanta la manera como David habla acerca de Dios como ese juez que juzga con justicia, y también la forma en la que lo presenta como un Dios compasivo que es baluarte para el oprimido, que le da Su apoyo, lo fortalece, lo defiende en el tiempo de la angustia (9).

Podemos confiar en Dios porque conocemos Su nombre (10). El nombre propio de Dios por medio del cual se le presentó a Moisés, YAHWEH/ JEHOVÁ (YO SOY EL QUE SOY). Y también por los diferentes nombres de Dios que encontramos en la Biblia y que nos revelan aspectos de su personalidad.

Sabemos que es el-Shaddai: el Señor todopoderoso, que nos sustenta, nos provee nos cuida y nos sostiene con Su gran poder.

Lo conocemos como El-Elyon: Dios altísimo, el exaltado. Es decir, que no hay otro como Él, que esta por encima de nuestros enemigos, que obra con justicia, que nos defiende.

Y nos gozamos sabiendo que es Jehová Jireh: El Dios que provee. Hemos visto Su provisión constante en nuestras vidas, y especialmente en nuestra salvación.

Y podríamos mencionar otros de Sus nombres como: Jehová Shalom: Dios es nuestra paz. Jehová tdsikenú: El Señor es nuestra justicia, nuestra diestra. El-Olam: Dios eterno. Jehová Rohi: El Señor es mi pastor.

Podemos confiar en Dios porque es fiel, justo, nuestro proveedor, nuestro ayudador, nuestro Buen Pastor y porque sabemos que nunca abandona a quienes lo buscan.

Por lo tanto, podemos cantar alabanzas a nuestro Dios por todas las veces en las que lo hemos visto obrar y actuar con poder en nuestras vidas, por la liberación que nos ha dado, porque ha visto nuestra aflicción y se ha compadecido de nosotros.

Alabemos al señor en medio de nuestro sufrimiento, cantemos acerca de Su poder, de Su carácter, reconozcamos y gocémonos en Sus atributos. Escuchemos canciones que nos lleven a proclamar quién es nuestro Dios. La alabanza y la adoración a Dios son instrumentos de bendición para nuestros corazones afligidos. Aunque la situación no cambie, cambiará nuestra perspectiva, nuestra reacción y nuestro corazón.

Padre, gracias porque podemos alabarte y bendecirte por Tu justicia, por Tu carácter. Gracias porque podemos poner nuestra confianza en Ti y sabemos que siempre vas a actuar a nuestro favor por amor a Tu propio nombre. Gracias por ser ese Dios cercano que nos permite conocerlo, amarlo y llamarlo Padre.

Te amamos, en el nombre de Jesús.

Amén