By February 12, 2018 Read More →

¿Cómo cruzar la calle? Una lección espiritual

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Por: Mónica Carvajal
Los accidentes peatonales son un problema crítico en los países de América Latina[i]. Me di cuenta de que donde vivo hay muchos peatones que no respetan los semáforos, así que cuando no ven un automóvil cerca cruzan la calle casi que sin pensarlo.

Soy madre de una niña de tres años, así que sí, enseñarle cómo comportarse y reaccionar cuando ve los semáforos es una parte muy importante de nuestro día.

Uno de esos momentos de enseñanza llamó mi atención. Algo común transformado en una oportunidad usada por Dios para hacerme pensar en una realidad espiritual y de crianza.

Mi esposo y yo le estamos enseñando a Abby que nos avise cuándo aparece el “chico verde” en el semáforo para poder cruzar la calle. Hasta este día está aprendiendo muy bien la lección. Parece entender que hay un momento para detenerse, cuando el “chico rojo” está en la luz, y un momento para seguir adelante, cuando el “chico verde” aparece en escena.

No quiero mentirte, a veces estoy tentada a cruzar la calle cuando el “chico rojo” está iluminado. Es invierno, así que el frío y el deseo de llegar a casa dos minutos antes es una buena excusa para desobedecer; pero déjame decirte que cuando eres madre y estás con tus hijos las 24 horas del día, ellos están viendo cada uno de tus movimientos, analizando cada una de tus expresiones y escuchando cada palabra que sale de tus labios.

¡Adivinaste!, Abby siempre está conmigo, así que necesito controlarme y esperar hasta que el “chico verde” aparezca en el semáforo, no solo porque ella me está mirando, sino también porque es lo correcto, lo más sensato y la manera como se supone que debe ser … ¿verdad?

¿Y entonces?

Siempre le digo a mi marido que yo debería ser policía. Siempre intento seguir las instrucciones, obedecer la ley, hacer todo como está escrito. En este sentido, tratar de obedecer la Palabra de Dios para obtener Su aprobación, Su amor o Su favor fue una gran parte de mi vida espiritual, hasta cuando me di cuenta de que no hay nada que pueda hacer para que Él me ame más y nada que puedo hacer para que Él me ame menos.

Tratar de enseñarle a Abby que nuestras vidas dependen del hecho de que obedezcamos los semáforos y tengamos cuidado con los autos es una cosa; enseñarle que nuestra vida eterna depende del hecho de que recibamos a Cristo y Su sacrificio perfecto en la cruz es otra … ambas son lecciones importantes, pero una es esencial y tiene consecuencias para toda la eternidad.

Así que en este artículo quiero desafiarme y desafiarte a vivir una vida con propósito en la crianza y educación de nuestros hijos; animarme y animarte a ser padres y educar para la gloria de Dios (1 Corintios 10:31), para que seamos más conscientes de las lecciones espirituales que podemos aprender de esos momentos cotidianos de nuestras vidas mientras tratamos de enseñar a nuestros hijos a vivir, comportarse y manejarse en el mundo.

Así que aquí te dejo algunas de las ideas que cruzaron mi mente durante ese momento de enseñanza.

Abby me está mirando: mi ejemplo para ella debería ser uno que se caracterice por un deseo de mostrarle a Cristo. Toda mi vida debería ser vivida para la gloria de Dios. Mi objetivo como madre debe ser darle un ejemplo de expresión, conducta, amor, fe, pureza, perseverancia y obediencia a Dios y Su Palabra (1 Timoteo 4:12).

Las siguientes preguntas llegaron a mi mente:

  • ¿Qué tipo de ejemplo quiero darle a mi hija?
  • ¿Qué tipo de palabras, hechos, expresiones, actitudes está aprendiendo de mí?
  • ¿Qué quiero enseñarle acerca de Dios y de cómo debería ser nuestra relación con Él?
  • ¿En qué áreas debería estar trabajando más para darle un buen ejemplo a mi hija? ¿Mi tiempo de oración? ¿Mi tiempo devocional? ¿Mi tiempo de honestidad delante de Dios? ¿Mi tiempo en la Palabra?
  • ¿Esta ella aprendiendo a orar porque yo estoy dispuesta a sacrificar mi “tiempo a solas” con Dios para orar con ella o mientras ella está conmigo en la sala? ¿O esta ella aprendiendo cuán importante es para mí la Palabra de Dios porque me ve leyendo la Biblia diez minutos mientras juega a cocinar en su cocina?

Para ser honesta, de vez en cuando me avergüenzo de las respuestas a algunas de estas preguntas, porque algunas veces me dejo envolver en las cosas de este mundo y no en las cosas de arriba (Colosenses 3:2).

Lecciones espirituales que quiero enseñarle a Abby

  • Quiero enseñarle a Abby a atesorar la Palabra de Dios en su corazon, a entender que Dios mismo es el autor de la Palabra y esta presente cuando la lee, a pedirle al Espiritu Santo que use la Palabra de Dios: la Biblia, para mostrarle aquellas cosas que necesita creer, conocer y entender acerca de Dios, del mundo y de ella misma. (2 Timoteo 3:16; Hebreos 4:12; Colosenses 3:16).
  • Quiero enseñarle que oramos porque: debería ser nuestra forma de vivir (1 Tesalonicenses 5:16-18); la oración nos acerca a Dios (Santiago 4:8); nos ayuda a recibir Su paz (Filipenses 4:6-7); al orar Dios nos guía (Proverbios 3:5-6); nos permite ir a nuestro Padre celestial con todas nuestras preocupaciones (1 pedro 5:7) y es una oportunidad para confesar nuestros pecados y recibir Su perdón (Salmo 32:5).
  • Quiero enseñarle que de la misma manera en la que necesitamos esperar hasta que el “chico verde” aparezca en el semáforo, necesitamos esperar en Dios. Él nos mostrará por medio de Su Palabra y del espíritu Santo, cuando podemos continuar con nuestras vidas y tomar decisiones que impactarán no solo nuestro futuro sino el futuro de quienes nos rodean (Salmo 25:4-5; Proverbios 3:5-6).
  • Quiero enseñarle que no hay nada que ella pueda hacer para ganarse el favor de Dios. No hay mandamientos o reglas que la hagan parecer mejor ante Dios, pero que hay algo que Él hizo: envió a Su único Hijo para rescatarla de su pecado (1 Juan 3:16), para que en sus momentos de desobediencia el Padre pueda ver la obediencia de su Hijo y Su vida perfecta como si fuesen suyos y ver su pecado y su desobediencia en Cristo. Quiero que ella entienda que solo a través de la perfecta obediencia de Cristo, ella será aceptada ante el único Dios santo (Colosenses 2:14).
  • Quiero enseñarle que debemos perdonar a los demás de la misma manera en la que hemos sido perdonados en Cristo (Colosenses 3:13; Efesios 4:31-32).
  • Quiero enseñarle a tratar a los demás como le gustaria ser tratada (Mateo 7:12), a considerar a otros como más importantes que ella (Filipenses 2:3).

La lista puede seguir, pero creo que ya tienes una idea de lo que como madre intento transmitirle a mi hija.

No es fácil ser coherente las 24 horas del dia, y te aseguro que hay momentos en donde fallo y me equivoco, pero si hay algo que he aprendido en esta aventura de la maternidad es la importancia de la humildad y de reconocer mis equivocaciones. En esos casos no hay nada mejor que pedir perdón a quienes hayan sido afectados por mi comportamiento, confesar mi pecado al Padre y continuar dependiendo de Su gracia y misericordia.

Quisiera decirle a Abby que soy consciente de que ella me está observando y que a veces me siento como un fracaso porque sé que me estoy quedando muy por debajo de los estándares de Dios, pero que soy muy bendecida porque Él me está dando una razón para luchar por mi santidad, por mi santificación, por mi dependencia de Él, porque cada momento que estoy con ella es un tiempo precioso para mostrarle el amor, la misericordia y la gracia que he recibido de mi Padre Celestial y una ocasión para pedir Su ayuda y dirección.

Oro para que algún día Abby acepte a Cristo como su Salvador y Señor, por eso no quiero ser una piedra de tropiezo para que ella crea y esa es la razón por la cual quiero darle un buen ejemplo y vivir una vida coherente. Quiero que mis creencias se reflejen en mi forma de vivir.

Así que la proxima vez que te encuentres haciendo lo ordinario en la cotidianidad de la crianza, recuerda que unos pequeños ojos estarán aprendiendo e intentando imitar tu ejemplo. Obedece las leyes de tráfico, trata a los demás como te gustaría ser tratada, perdona las ofensas cometidas contra ti, ora con frecuencia, y pide perdón cuantas veces sea necesario (Mateo 18:22).

Oro para que hayas sido animada a perseguir una crianza que glorifique a Dios. Te exhorto a mostrar lo que crees en la forma en la que te comportas, obedeces y actúas.

 

¿Te gustaría compartir conmigo aquellas lecciones espirituales que quisieras enseñar a tus hijos? Deja tus comentarios, me gustaría poder aprender de ti.

Hasta la próxima!!!

 

[i] http://www.tandfonline.com/doi/abs/10.1080/15389588.2017.1391380?needAccess=true&journalCode=gcpi20

 

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