By May 29, 2017 0 Comments Read More →

La esperanza cristiana…Un regalo de Dios

ron-smith-63tBU8et1YY-unsplash

Hay momentos en nuestras vidas cuando necesitamos estar muy conscientes de tener nuestros ojos puestos en Cristo.

Momentos cuando la tristeza, el dolor, la pérdida, la incertidumbre, las dificultades y los problemas llegan a nuestra vida, o a la vida de aquellos que nos rodean. Quiero animarte a pensar en una de las verdades más importantes de la Biblia. Una verdad que puede ayudarte a superar esos momentos, o puede ayudarte a alentar a tu familia, a tus hermanos y hermanas en Cristo, amigos, etc. Como creyentes en Cristo debemos estar familiarizados con ella… Estoy hablando de la esperanza.

Romanos 15:13 dice “Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.” Este versículo establece que Dios es la fuente de la esperanza y el objeto de nuestra esperanza. Matthew Henry escribió: “es bueno que en la oración nos aferremos a los nombres, títulos y atributos de Dios, que son los más apropiados a la situación en la que nos encontramos, y que servirán mejor para reanimar nuestra fe en cuanto a que … Dios es el Dios de la esperanza. Él es el cimiento sobre el cual se construye nuestra esperanza, y Él es el constructor que trabaja para levantarla (edificarla): Él es a la vez el objeto de nuestra esperanza, y el autor de la misma.”[1] Debemos conocerlo para descansar en Él con confianza.

De acuerdo a lo anterior, una comprensión verdadera del carácter de Dios es muy importante para tener esperanza. ¿Por qué? Porque podemos ver cómo es Dios, lo que Él ha hecho, lo que está haciendo, y lo que hará. También podemos conocer Su fidelidad, Su bondad, Su gracia, Su misericordia, Su amor, Su soberanía, Su poder, Su inmutabilidad, etc.

Al conocer Su fidelidad sabemos que ninguna de sus promesas ha fallado y podemos descansar en su promesa de vida eterna (Tito 1:1-2), de la misma manera podemos descansar en la garantía de su presencia porque Él dice “Nunca te dejaré ni te desampararé, de manera que decimos confiadamente: El Señor es el que me ayuda; no temeré. ¿Qué podrá hacerme el hombre?” (Heb 13:5b-6). Su presencia es un regalo incalculable cuando estamos lejos del hogar o de la familia, cuando nos enfrentamos a dificultades o nuestros seres queridos están sufriendo en el otro extremo de la Tierra. ¡Qué bendición es tener una esperanza que está basada en la Palabra fiel de Dios y en Su propio carácter (Mateo 5:18).

Por otra parte, cuando entendemos la fidelidad de Dios sabemos que debido a ésta. Él es capaz de lograr en nosotros lo que dice. Arthur W. Pink escribió: “Dios es veraz. Su promesa es segura. Dios es fiel en todas sus relaciones con su pueblo. Podemos confiar y descansar en Él con seguridad. Hasta ahora nadie ha confiado en Él en vano… Su pueblo necesita saber que la fidelidad es una parte esencial del carácter divino.”[2]

La esperanza por la misericordia de Dios se encuentra en 1 Pedro 1:3: “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos.” Una definición de misericordia es “Dios protege a los pecadores de lo que se merecen y les da regalos que no se merecen.”[3] Podemos tener esperanza en un Dios que es misericordioso para con nosotros dándonos una “esperanza viva” que es vida eterna en Cristo Jesús. Si nuestro Padre Celestial nos ha dado a su propio Hijo, tenemos muchas razones para creer que hay esperanza para nosotros en los momentos difíciles, en los momentos de prueba, en tiempos de necesidad cuando enfrentamos dificultades, porque la provisión de Dios para nosotros en Cristo satisfizo la necesidad más grande que tenemos … la salvación, como dice Romanos 8:32 “El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?”

Salmos 119:116 dice “susténtame conforme a tu palabra, y viviré; Y no quede yo avergonzado de mi esperanza.” En la Palabra de Dios, encontramos los medios que Dios usa para darnos esperanza, así que cuando ponemos nuestra confianza en lo que Él dice podemos tener la certeza de que todo lo que Él nos ha prometido lo hará: en su tiempo, de acuerdo a su propósito, para Su gloria y para nuestro bien. Debido a que nuestra esperanza viene del mismo Señor (Salmo 43:5), Él está dispuesto a ayudarnos y a protegernos como leemos en:

  • Jeremías 14:22 “¿Hay entre los ídolos de las naciones quien haga llover? ¿y darán los cielos lluvias? ¿No eres tú, Jehová, nuestro Dios? En ti, pues, esperamos, pues tú hiciste todas estas cosas.
  • Lamentaciones 3:21 “Esto recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré.”
  • Salmos 39:7 “Y ahora, Señor, ¿qué esperaré? Mi esperanza está en ti.”
  • Salmos 147:11 “Se complace Jehová en los que le temen, y en los que esperan en su misericordia.”

La esperanza es importante debido a que trae alegría y paz a nuestra vida cristiana, capacitándonos para hacer frente a todas las pruebas, problemas y dificultades con total confianza en quien hemos creído. La esperanza nos lleva a la pureza, nos da paciencia para soportar los tiempos difíciles con la convicción de que Dios está en control y de que Él tiene un plan para nosotros a través de nuestra situación, nos ayuda a estar preparados para responder a otros acerca de nuestra fe, nos anima, nos capacita para ser un testimonio vivo de fe a quienes nos rodean, produce felicidad y paz en momentos de dolor e incertidumbre.

La esperanza también nos ayuda a tener una perspectiva eterna de esta vida de tal manera que podamos tener nuestros ojos fijos en la eternidad y no en las cosas de la tierra. A través de ésta esperanza, podemos obtener un panorama más amplio de la vida (Sal. 73:28). Uno de los resultados más maravilloso es que ésta esperanza bíblica nos consuela cuando estamos cerca de la muerte y nos da confianza en el poder de Dios para hacernos resucitar en gloria (Salmo 16:9-10, Job 19:25-27, 1 Cor. 6:14, 2 Cor. 4:14).

Centrárse en Cristo y tener nuestros ojos fijos en Él es el mejor remedio contra la desesperanza.

Por Mónica Carvajal

 


[1] Henry, Matthew, Matthew Henry’s Commentary on the Whole Bible: Complete and Unabridged in One Volume. (Peabody: Hendrickson, 1994)

[2] Pink, Arthur W., The Attributes of God. (Grand Rapids, MI: Baker Book House, 1975), p. 53.

[3] Manser, M. H., Dictionary of Bible Themes: The Accessible and Comprehensive Tool for Topical Studies. (London: Martin Manser, 1999)

Post a Comment

You must be logged in to post a comment.