By March 25, 2023 Read More →

Un corazón que busca la Verdad

«Al día siguiente Jesús se propuso salir para Galilea, y encontró* a Felipe, y le dijo*: “Sígueme”. Felipe era de Betsaida, de la ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encontró a Natanael y le dijo*: “Hemos hallado a Aquel de quien escribió Moisés en la ley, y también los profetas, a Jesús de Nazaret, el hijo de José”. Y Natanael le dijo: “¿Puede algo bueno salir de Nazaret?”. “Ven, y ve”, le dijo Felipe.

Jesús vio venir a Natanael y dijo* de él: “Ahí tienen a un verdadero israelita en quien no hay engaño”. Natanael le preguntó*: “¿Cómo es que me conoces?”. Jesús le respondió: “Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera, te vi”. “Rabí, Tú eres el Hijo de Dios, Tú eres el Rey de Israel”, respondió Natanael.

Jesús le contestó: “¿Porque te dije que te vi debajo de la higuera, crees? Cosas mayores que estas verás”. También le dijo*: “En verdad les digo que verán el cielo abierto y a los ángeles de Dios subiendo y bajando sobre el Hijo del Hombre”» (Jn 1:43-51).

Esta porción de la Palabra nos deja ver que algunas veces las personas creerán por el testimonio de otros, otras veces, será un encuentro directo y personal con Jesucristo, un momento en el que, en medio de las circunstancias de la vida, Él llega a nosotros y nos hace verle y conocerle.

Felipe vivió esa experiencia, Jesús mismo lo llamó y «le dijo: “sígueme”». Me encanta la respuesta de Felipe: sin dudarlo, inmediatamente le siguió. No solo eso, empezó a compartir acerca de Aquél de quien escribió Moisés en la ley y también los profetas: de Jesús.

Me llama la atención que él no dijo “me ha hallado”, siendo que Jesús fue el que le encontró (v43), si no, «“hemos hallado”». Todos los que estaban con él habían hallado a aquél que estaban esperando desde hace tiempo.

Cuando Jesús ve a Natanael, lo describe como una persona sin engaño, con un corazón que buscaba la verdad, honesto. Esto haría que su motivación para acompañar a Felipe a ver a Jesús fuera la correcta. Quería ver por sus propios ojos y juzgar por sí mismo si lo que le estaban diciendo acerca de Jesús era cierto.

Aunque en un principio había dudado, debido a la procedencia de Jesús, de Nazaret, eso no sería impedimento para encontrar la verdad.

Pero ¿Cómo podía Jesús conocer el carácter de Natanael? Jesús demostró Su omnisciencia, sólo Él conoce el corazón humano y lo había visto orando debajo de la higuera. Jesús escudriña los corazones y el de Natanael era un corazón limpio que buscaba la verdad.

Tanto así, que este hombre inmediatamente supo que Jesús no era una persona cualquiera, y por eso lo llama rabí=maestro, reconoce que Jesús es el Hijo de Dios y el Rey de Israel.

Cuando recuerdo que en todo momento Dios me ve y me conoce, pienso en cómo debo vivir mi día a día, buscando la santidad, dependiendo de Su ayuda para no pecar. Siendo consciente de que todo lo que hago, digo y pienso, Él lo ve.

No puedo esconderme de Dios, Su presencia siempre está presente aún en la soledad de la mañana cuando estoy escribiendo este pequeño mensaje. Cómo quisiera poder ser como Natanael, una mujer sin engaño, que busca siempre la verdad, y que mi Maestro y Salvador pudiera decir esas mismas palabras acerca de mí.

Por eso mi oración es, Señor ayúdame a darte gloria y a vivir una vida piadosa en tu presencia. Permíteme ser la mujer que Tú quieres que yo sea para que otros puedan verme a mí y querer conocerte a Ti.

Ayúdame a vivir siempre la verdad. En el nombre de Jesús. Amén.

Sirviendo para Su gloria,

Mónica

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