By June 3, 2022 Read More →

Solo Dios es digno de nuestra alabanza

«Después de esto el rey Asuero engrandeció a Amán, hijo de Hamedata el agagueo, y lo ensalzó y estableció su autoridadsobre todos los príncipes que estaban con él.Y, todos los siervos del rey que estaban a la puerta del rey se inclinaban y se postraban ante Amán, porque así había ordenado el rey en cuanto a él; pero Mardoqueo ni se inclinaba ni se postraba» (Est 3:1-2).

Durante los tiempos de la reina Ester, Amán había sido engrandecido por el rey Asuero. Esto le hizo creer que era alguien que merecía ser reverenciado y aclamado (Est 3: 1-6). Sin embargo, Mardoqueo, el primo y padre adoptivo de Ester, rehusó doblar sus rodillas y humillarse delante de este hombre.

Mardoqueo sabía que esto podría traerle consecuencias, pero no le importaba. Él solo se arrodillaba y humillaba delante de Dios, por eso, a pesar de la presión de los siervos del rey, Mardoqueo se mantuvo firme y no se inclinó ante Amán, a pesar de sus amenazas.

En el Salmo 95, un cántico de alabanza y de adoración, el salmista nos invita a adorar, alabar, aclamar al Dios verdadero, al único que merece nuestra adoración completa, ya que solo Él es grande y digno de ser reverenciado. Solo ante Él debemos postrarnos y humillarnos. “Venid, adoremos y postrémonos; arrodillémonos delante de Jehová nuestro hacedor” (Sal 95:6).

Hermanas, necesitamos reconocer con humildad que sin Dios no somos nada, y adorarlo, postrándonos con humildad, manifestando de esta manera que Él es el Todopoderoso y merece nuestra adoración y respeto.

No importa nuestra posición, la gente a la que conocemos, los cargos que ocupamos, no debemos enorgullecernos pensando que merecemos la honra y el honor.

Si servimos en Su iglesia, o si estamos en una posición que pueda llamar la atención hacia nosotras, debemos recordar humildemente que todo lo que somos y hacemos es por la gracia de Dios y para la gloria de Dios, no la nuestra.

Padre, gracias por recordarnos que solo tú eres digno de honra y honor. Ayúdanos a inclinar nuestros corazones y voluntad a ti y a vivir para tu gloria y no la nuestra.

En el nombre de Jesús.

Amén.

@monicacarvajalconsejeria

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