Deja que Su luz te alumbre

«Dios es Luz, y en Él no hay ninguna tiniebla» (1Jn 1:5).

Esta afirmación del Apóstol Juan siempre me ha llamado la atención. ¿Por qué? Porque la luz revela lo que hay en la oscuridad. Por lo tanto, mi pecado, mi debilidad, mi necesidad, absolutamente todo, puede ser conocido por Dios, en quien no hay tiniebla de ningún tipo.

Ante Dios quedamos completamente expuestas a nuestra condición, y si decimos que le pertenecemos y que tenemos comunión con Él, es imposible no ver nuestro pecado y maldad, no caminar a la luz de Su Palabra y Su verdad.

Hermana, sabemos que Jesús es Dios, ya que Él declaró acerca de sí mismo: «“Yo soy la Luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la Luz de la vida”» (Jn 8:12).

Qué bendición es vivir y andar en la verdad, qué privilegio es creer en Jesucristo y seguirle para así nunca más volver a caminar en tinieblas.

Cuando creemos en Él no necesitamos temer quedar expuestas con nuestro pecado ante Dios, ya que no vamos a tener que intentar cubrirnos, la sangre de Cristo ya nos ha limpiado de toda maldad.

Como el Espíritu Santo vive dentro de nosotras, y Dios nos ha dado Su Palabra para que nos alumbre como una lámpara (Sal 119:115), Dios la usa para ayudarnos a examinar nuestro corazón y encontrar esas áreas oscuras de nuestra vida que necesitan ser expuestas mediante la confesión de nuestros pecados.

Recuerda que al exponerte a la Palabra de Dios tendrás luz y entendimiento (Sal 119:130).

Sirviendo para Su gloria

Mónica Carvajal

Pd: Este escrito fue publicado originalmente en la página de Facebook de Ella Habla Verdad