Entra sin miedo

“Porque no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino Uno que ha sido tentado en todo como nosotros, pero sin pecado. Por tanto, acerquémonos con confianza al trono de la gracia para que recibamos misericordia, y hallemos gracia para la ayuda oportuna” Hebreos 4:15-16.

Este es uno de mis versículos favoritos. El autor de Hebreos nos recuerda que Jesucristo está a nuestro lado en medio del dolor, que Él nos entiende y se compadece de nuestra debilidad, que, por Su vida perfecta y Su obra perfecta en la cruz, podemos tener confianza y entrar sin temor delante del trono de la gracia.

Hermanas, podemos acercarnos a Dios para agradecer, para alabarle, para interceder, para pedirle lo que necesitamos, para solicitar Su ayuda… para todo. Podemos hacerlo porque en Cristo, nuestro Gran Sumo Sacerdote, tenemos entrada con confianza ante el trono de la gracia.

Jesucristo abrió el acceso al Padre. Todos los que hemos confiado en Él, como Señor y Salvador de nuestras vidas, podemos orar sin miedo de ser rechazados. Podemos descansar sabiendo que Él se compadece de nuestras debilidades, porque en Su humanidad Él también sufrió y lloró. Él conoce mejor que nadie nuestras luchas y nos provee la ayuda que necesitamos.

Jesucristo nos prometió que, al creer en Él, el Espíritu Santo vendría a vivir dentro de nosotros y nos ayudaría.

Gloria a Dios porque la misericordia y la gracia están disponibles para Sus hijos siempre.

Dios las bendiga

@monicacarvajalconsejeria